h1

Camino del paraiso

8 septiembre 2009

Apenas sintió curiosidad cuando una hora antes de la ejecución escuchó abrirse el cerrojo de la puerta. La esperanza, que no es lo último que se pierde, estaba muerta y, aunque resistencia iba a poner, nuestra naturaleza si que nos acompaña hasta el final, sabía que no iba a ver anochecer.

De todas maneras desde el catre miró hacia la puerta y se sorprendió cuando el guardia dejó pasar a un sacerdote.

— ¿Entonces las autoridades creen que mi alma puede aun salvarse? ¿Qué necesita? Mi arrepentimiento, su perdón… ah si, y que la liberen de este cuerpo ¿verdad?

— Me asombra que conserve usted el humor. Mire donde está. No ha sido por mala suerte, ha sido a donde le han llevado sus actos. Si no hubiera elegido vivir robando bancos no habría tenido que hacer daño a nadie, no habría tenido que pasar toda su vida escondiéndose o huyendo, y ahora no estaría aquí solo, probablemente muy lejos de donde nació, y a punto de abandonar este mundo.

— Usted también lo abandonará padre. Aunque claro, irá a un lugar mejor.

— Al mismo sitio que usted si se arrepiente de sus pecados. Allí encontraremos paz eterna y amor. Allí no hay hambre ni guerras, todo es luz y bondad. No hay lugar para miedos ni angustias y la felicidad habita en cada rincón.

— ¿Y los bancos padre? ¿Cómo son allí los bancos?

Inspirado en «Dos hombres y un destino», dirigida por George Roy Hill, basada en la vida de Butch Cassidy y The Sundance Kid.

5 comentarios

  1. Me recuerda al relato de Kafka de «La Colonia penintenciaria».
    ¡Muy bueno!
    La peli no la he visto, me la apunto 😉
    Besitos.


    • Que envidia!
      Tienes por descubrir esa escena de la bicicleta, o en el barranco, y ese final… vale, vale, me callo!
      Besito!


  2. Qué fiasco, un paraíso sin bancos, si no hay tentaciones será muy aburrido. ¿Quién quiere ir al paraíso?
    Nos vemos en el infierno, baby.


    • Alli nos vemos. No pienso faltar 😉


  3. jijijiji, sí, mejor, ¡calla! 😛



Deja un comentario